Aunque históricamente las características de rentabilidad, volatilidad y correlación justificaban la inclusión de los bonos soberanos (bonos del Tesoro de EE.UU., deuda del Banco Central Europeo, etc.) en las decisiones de asignación estratégica de activos de los inversores de dinero real (como los fondos de pensiones), ¿están justificados en el entorno de inversión actual?
Dado que los bonos soberanos ofrecen rendimientos esperados nulos o incluso negativos, y ofrecen muy pocas ventajas de diversificación (recientemente los bonos soberanos no ofrecían casi ninguna protección frente a las caídas de la renta variable), ¿pertenecen a una asignación estratégica de activos? Sí, nunca anticipé los tipos negativos y supongo que pueden bajar aún más y ofrecer algún potencial de revalorización del capital, pero me cuesta creer que quede mucha revalorización del capital. Al mismo tiempo, ofrecen un rendimiento negativo y plantean un alto potencial de depreciación del capital si los tipos suben. ¿Justifican estas características de inversión su inclusión en cualquier Asignación Estratégica de Activos? ¿Qué criterios deberían emplearse para incluir o excluir clases de activos en dichas Asignaciones Estratégicas de Activos?