Este es un riesgo que ese cliente debe conocer también.
Depende mucho de la situación.
Si formas parte de un equipo, es una parte fundamental de la gestión de recursos garantizar que haya varias personas familiarizadas con un proyecto y que puedan continuar con él o asumirlo si es necesario. No es bueno tener a una sola persona trabajando en un proyecto o sabiendo exactamente dónde está todo y cómo funciona. Incluso si no hay ningún problema importante, ¿qué pasa si alguien del equipo se toma dos semanas de vacaciones? Debería haber redundancia.
Esto se hace más difícil si sólo se contrata a una persona para trabajar en algo. No obstante, estas cosas no se pueden evitar y el cliente debe ser consciente de ello.
Tú también te arriesgas
Otra cosa que hay que señalar es que el riesgo funciona en dos sentidos. ¿Qué pasa si le ocurre algo a tu cliente y tiene un accidente? Entonces no podrán pagarte el trabajo realizado.
¿Qué hacer?
Para el contratista: Sería mejor que repartiera su tiempo entre varios clientes para que si le pasa algo a uno no tenga un impacto tan grande en sus ingresos.
Para el cliente: Si el trabajo puede repartirse entre varias personas, eso ayudaría a mitigar el impacto de que una de ellas no esté disponible de repente. Si esto no es posible, estar preparado con opciones adicionales (otras empresas/freelancers) en caso de emergencia ayudaría a manejar rápidamente la situación. Además, asegúrate de que has almacenado en algún lugar lo que han entregado hasta ahora para entregarlo a la empresa de respaldo.
A menudo basta con ser consciente
En cualquier caso, es importante recordar que estas cosas no se pueden evitar, y que lo mejor es tener un plan de respaldo en caso de que ocurra algo. El plan será diferente en función de la situación y el tipo de trabajo, pero pensar en las consecuencias de antemano ayudará sin duda.