Los bienes comunes, (no públicos) lo son porque son no excluibles y rivales. A menudo esto refleja la impracticabilidad de excluir a algunos usuarios, más que una imposibilidad absoluta. Por ejemplo, un parque es público porque no es práctico cobrar a todos los que obtienen un beneficio de su uso. Sin embargo, si resulta fácil controlar quién utiliza el parque, durante cuánto tiempo, quién lo mira, etc., ¡el parque podría financiarse de forma privada!
Los artilugios que rastrean el uso que la gente hace de los distintos bienes podrían cambiar los que consideramos excluibles y los no excluibles....
Un ejemplo básico son las carreteras de peaje. Si montamos GPS en todos los coches y averiguamos cuánto tiempo pasan en la carretera, podríamos cobrar a la gente por su uso de las calles directamente. Se acabó la construcción de carreteras con financiación pública.