En principio, los rendimientos de los ETF y de sus carteras de referencia subyacentes deberían estar muy próximos entre sí. Si hay mucha demanda de CSPX, lo que hace que su precio esté por encima del valor de la cartera subyacente, los participantes autorizados pueden comprar la cesta de valores, dársela al proveedor del ETF a cambio de nuevas acciones de CSPX, y luego dar la vuelta y venderlas con beneficio. Esto hará que los precios bajen. Del mismo modo, si el CSPX cae demasiado, pueden comprarlo y cambiarlo por la cesta de valores, lo que hará subir su precio.
Los precios de los ETFs no son simplemente el resultado de la demanda/oferta como lo son las acciones. No sabemos realmente cuál es el precio correcto de una acción porque se desconocen los flujos de caja de esa acción, por lo que el precio viene determinado por la demanda/oferta. En cambio, sí sabemos cuál es el valor correcto de un ETF en función de los precios de sus valores subyacentes y existe un mecanismo que empuja el precio del ETF hacia el precio "correcto".
Bien, ¿cuáles son los casos en los que esto se rompe?
- Hay costes de las transacciones asociado con el arbitraje que mencioné anteriormente. Esto suele provocar sólo pequeñas desviaciones en la rentabilidad de un índice líquido como el S&P500.
- Si hay una gran oscilación en la demanda, los árbitros podrían verse desbordados y no tener suficientes recursos (o tiempo) para corregir adecuadamente el precio. Esto sería un fenómeno a corto plazo.
- Puede haber diferencias entre el índice y la cesta de valores las pistas de la ETF. Por ejemplo, si un ETF invierte en los valores del S&P500, su rentabilidad no coincidirá con la del índice S&P500 porque éste no es un índice de rentabilidad total: los dividendos no se contabilizan adecuadamente en el índice; además, cada ETF gestiona los dividendos de forma diferente. Por razones de ahorro, algunos ETF no invierten en la cesta completa de valores asociada al índice.
- Y la más importante en su caso: Los precios de cierre en Estados Unidos y Europa no son simultáneos. Si quiere saber si su ETF está haciendo un buen seguimiento, debe comparar su precio de cierre con el nivel del S&P500 a la hora de cierre de su mercado local. El S&P habrá seguido moviéndose a lo largo del día en EE.UU. y podría moverse significativamente antes del cierre de los mercados estadounidenses. Si el mercado estadounidense está cerrado y quiere saber si su ETF está siguiendo el ritmo, entonces mire los contratos de futuros del S&P500, que cotizan las 24 horas del día. Hay un poco de deriva en los rendimientos de los futuros en relación con el índice (de nuevo debido a los dividendos), pero los rendimientos del contrato de futuros y de su ETF deberían estar muy cerca.
Puede hacerse una idea de cuál será el precio de apertura de su ETF por la mañana observando lo que ha ocurrido en el mercado estadounidense y en los mercados de futuros hasta ese momento. Por supuesto, a veces ese precio de apertura nos sorprende de todos modos, pero deberíamos llevarnos la misma sorpresa en el ETF y en los contratos de futuros.