Vivimos en el extranjero y alquilamos nuestra casa familiar en el Reino Unido. La gestiona una empresa de alquileres con la que tenemos una buena relación. Al parecer, el inquilino actual está a punto de avisar de que se va a mudar en el próximo mes, más o menos, por lo que necesitaremos nuevos inquilinos.
El problema es que la gestora de alquileres, que es nuestro principal punto de contacto en la agencia, nos ha preguntado si podemos tener en cuenta a su propia hija (y a su familia) para el próximo alquiler. Mi instinto es que esto creará un conflicto de intereses (por muy fiable y solvente que sea la inquilina) y que la gestora de alquileres en cuestión ya no actuaría para nosotros como propietarios (o, imparcialmente para nosotros y los inquilinos). Por otro lado, este acuerdo evita una brecha en los ingresos por alquiler que podemos esperar recibir de nuestra propiedad.
¿Cómo podemos resolver este dilema? ¿Qué salvaguardias podemos establecer para asegurarnos de que no nos vemos perjudicados por el acuerdo?