Parece un truco inteligente que podría hacer un banco extranjero, pero no estoy seguro de que funcione.
Digamos que "B" adquiere 1.000 millones de dólares en dinero base de EE.UU. ("A"). Para importar estos dólares tuvo que enviar riqueza real a EE.UU. (equipos, ropa, juguetes, servicios, etc...) para comprar estos dólares inicialmente. Un duro golpe económico ya que estarían exportando riqueza real e importando trozos de papel sin valor intrínseco (dólares).
Entonces, ¿la "B" se venga cuando convierte mil millones de dólares de base en, digamos, 20 mil millones de dólares? No estoy seguro... Si alguien del país "B" utiliza su cuenta para comprar, por ejemplo, 100.000 dólares en tierras de cultivo a un estadounidense, la transacción compensará las reservas entre el banco "B" y el banco del agricultor estadounidense en los Estados Unidos. Por lo tanto, "B" perderá más de 100.000 porque se multiplicó y tendrá que desapalancarse. Si este fuera el caso, el coste de adoptar una moneda extranjera nunca supera los beneficios.
Pero... si un depositante estadounidense confía en el banco 'B', entonces eso cambia todo y las reservas no tienen que salir del sistema bancario de B. En ese caso, sí el país B se benefició.
Así que es una respuesta un poco confusa, pero es difícil saber si el coste o la compra de una base monetaria extranjera será superado por el interés de los extranjeros en tener cuentas bancarias nacionales. Siempre habrá presiones contradictorias y es difícil predecir cuál saldrá ganando.
La situación de miedo para "B" sería una crisis de confianza. No tienen un banco central que los rescate. Si los inversores se asustan y el dinero se retira del sistema bancario 'B', no hay nada que impida una reacción en cadena y una quiebra espectacular... que ocurriría absolutamente... sólo es cuestión de cuándo.
La moraleja de la historia es que el ganador es quien convence a todos los demás de que sus "papeles" o "1s y 0s" valen algo como riqueza real. Puede ser dinero base en dólares, dinero privado del banco americano X, dinero de depósito de, por ejemplo, un banco francés pero denominado en dólares americanos o una moneda vinculada al banco central. Al final, todo se reduce a la confianza y la fe.