Aplicaciones y servicios como Dropbox no son en realidad gratuitos, sino freemium: aplicaciones gratuitas diseñadas para quedarse cortas en cuanto empiezas a usarlas en serio, obligándote a actualizar a la versión de pago.
El plan gratuito de Shopify es gratis pero te cobra un porcentaje de tus ventas.
Y por último, apps como TripAdvisor o Facebook son gratuitas para los usuarios comunes, pero tienen servicios de pago para los usuarios profesionales (promoción de su negocio, acceso a datos demográficos de los usuarios...)
Recuerda siempre que si un servicio es gratuito para ti, normalmente es porque eres tú quien se vende.