Elija el orden que más le interese. La clave del proceso es no cejar en el empeño y utilizar todos los trucos que puedas encontrar para asegurarte de que lo sigues haciendo. Tres años pueden parecer mucho tiempo.
La bola de nieve de la deuda, aunque no es el orden matemático máximo, está configurada para darte hitos a lo largo del camino y dártelos pronto: la primera deuda que pagas es la más pequeña para que tengas esa sensación de logro lo antes posible. Y cuando pasas ese antiguo pago al siguiente, ves que la deuda más grande desaparece más rápido (¡el efecto bola de nieve!).
Otras personas obtienen esa satisfacción al maximizar sus amortizaciones y centrarse primero en el saldo de mayor interés, por pequeña que sea la ventaja. Si eso es lo que te hace seguir trabajando, hazlo.
Personalmente, mi segunda hipoteca es la que más me molesta, aunque no es la más pequeña ni la que tiene el tipo de interés más alto. Es la que me molesta y me irrita. Pagar dinero extra para esa hipoteca me hace sentir bien y quiero seguir pagando más.
De todos modos, deberías hacer los cálculos para saber cuánto más estás pagando para tomar tu decisión; conocer esa información puede cambiar tu respuesta. Si yo tuviera una deuda de tarjeta de crédito de más del 22%, sin duda iría a parar allí todo el dinero que me sobra, ya que no soporto los tipos de interés tan altos. Lo que quiero decir es que debes elegir lo que te convenga, ya que todo los hechos, incluyendo la comprensión de lo que te motiva y te hace seguir trabajando hacia tu objetivo.
Empiece y siga con ello.