En la gestión del dinero, el gestor es un agente del inversor. Esto significa que el inversor soporta las consecuencias financieras de las acciones del gestor.
La FiNRA está interesada en regular y supervisar a los gestores de dinero, por lo que quiere hacer una distinción entre las acciones realizadas por el gestor que se limitan a hacer específicamente lo que le pidió el inversor y las que fueron decisión del gestor.
Si el gestor se limita a hacer específicamente lo que el inversor dijo que hiciera, entonces tiene menos responsabilidad por las consecuencias de esas acciones. Estas acciones no son discrecionales.
Por otro lado, si el gestor actúa en nombre de un inversor sin instrucciones explícitas sobre lo que debe hacer, entonces el gestor es moralmente responsable de los resultados y debe ser regulado de forma diferente.
FINRA permite a los gestores que tienen discreción etiquetar algunas órdenes como DNE, lo que significa que el inversor les hizo presentar esas órdenes... no se responsabilizan de ellas de la misma manera.