Creo que un documento enviado por correo electrónico está bien, y es una práctica común. No es muy diferente de recibir un documento por fax, salvo que un documento impreso por correo electrónico suele ser de mayor calidad que un fax. Tampoco es muy diferente si el remitente lo imprime y te lo envía por correo ordinario, salvo que tardará más. Desde el punto de vista de la seguridad, si te preocupa que la empresa sea una estafa y que el documento no sea válido, recibirlo por correo electrónico puede ser más fácil de rastrear que si se ha depositado en un buzón y se ha enviado por correo ordinario. La única ventaja que se me ocurre de solicitar el correo ordinario es que sería más difícil para un estafador de fuera de su país enviarle el documento sin que usted viera de dónde procede, aunque aún podría hacerlo si tiene un socio dentro del país. Si confía en que la empresa no es una estafa, el método que utilicen para entregarle el documento no debería plantear ningún problema legal.
El único problema que podría tener sobre el correo electrónico es que por defecto no es intrínsecamente seguro, lo que significa que normalmente no puedes estar seguro de que nadie más haya visto tus correos electrónicos. (Es muy poco probable que alguien los lea, pero es teóricamente posible). Por ello, la mejor práctica sería evitar el envío de información confidencial (SSN, tarjeta de crédito, números de cuentas bancarias, etc.) en un correo electrónico o en un documento adjunto, a menos que se utilice algún tipo de encriptación o un archivo compartido seguro. Por eso los bancos te obligan a entrar en su página web para descargar tu extracto bancario, en lugar de enviártelo directamente por correo electrónico.