Me interesa utilizar tarjetas de prepago para minimizar los daños que podría sufrir si (por ejemplo) una gran empresa minorista es pirateada y roban la información de mi tarjeta de crédito.
¿Tiene sentido la siguiente estrategia?
- Compre una tarjeta prepago recargable.
- Utilice esta tarjeta únicamente para realizar compras.
De este modo, aunque alguien se apodere de los datos de la tarjeta, sé que sólo podrá utilizar el dinero que yo haya puesto en ella.
Hay dos cosas que me gustaría conseguir con esto:
a. minimizar el riesgo de hacer compras en línea o con minoristas (como ya he explicado), y b. seguir acumulando crédito.
La cuestión es que seguiría recargando la tarjeta con mi tarjeta de crédito normal, de modo que cada vez que devuelva este saldo a mi cuenta de tarjeta de crédito, puedo seguir acumulando crédito. (¿Es así como funciona la acumulación de crédito?)
Mi esperanza es que esta estrategia garantice que sólo haya un lugar donde puedan robarme el número de mi tarjeta de crédito -la ruta a través de la cual recargo mi tarjeta-, de modo que esto proteja mi número real de tarjeta de crédito, que considero mucho más valioso que el número de alguna tarjeta de prepago.
¿Tiene sentido?