La mayoría de los ETFs de bonos han cambiado a dividendos mensuales pagados el primero de cada mes, en un intento de estandarizar todo el mercado.
Para los ETFs (pero quizás no para los fondos de inversión de bonos, como se sugiere en la respuesta anterior) el interés hace se acumulan en el VL, por lo que el precio del fondo hace bajan en la fecha de salida por una cantidad igual al dividendo pagado.
Un gran ejemplo de esta dinámica puede verse en FLOT, un ETF de bonos que mantiene bonos corporativos a tipo variable. Como se puede ver en esta captura de pantalla, el VL ha seguido un patrón de subida y bajada brusca, casi como los dientes de una sierra. Esto se explica porque los intereses se acumulan en el valor liquidativo a lo largo de cada mes, hasta que se pagan en forma de dividendos, lo que hace que el valor liquidativo caiga bruscamente en un día.
El efecto ha sido especialmente pronunciado en los últimos tiempos porque los pagos de los cupones flotantes han aumentado considerablemente (los tipos de interés de referencia son más altos) y las variaciones de los diferenciales de crédito de los bonos que los componen han sido muy reducidas.