La hipótesis de Fisher, así como los aspectos relacionados con la hipótesis de la neutralidad del dinero, suelen argumentar que sólo funcionan a largo plazo, y que los cambios en la oferta monetaria tienen efectos a corto plazo que se modelan con teorías de desequilibrio monetario.
Así, una nación vende bonos a cambio de activos líquidos denominados en su moneda y luego retiene esos activos, reduciendo la liquidez de su economía. Como resultado, en los niveles de demanda a corto plazo, esa moneda se valorará más de lo que lo habría hecho en caso contrario (reducción de la inflación). Sin embargo, a largo plazo, los inversores potenciales tienen un incentivo para prestar en la moneda, aumentando la tasa de ahorro y reduciendo el gasto hasta que su tipo de interés nominal (que depende de la cantidad de moneda disponible y de la tasa de gasto) es lo suficientemente bajo como para que el tipo de interés real sea el mismo que antes (suponiendo un nivel constante de rendimientos futuros esperados en la economía durante este periodo).
Esto se basa en que los inversores sólo consideran importante la economía real en sus deliberaciones a largo plazo: "¿Justificará la demanda futura de este sector mi inversión y me proporcionará una buena tasa de rendimiento real en el futuro? Si creo que la inflación futura será muy baja o negativa, puede que sea más apropiado conservar mi dinero". Este modelo es, como cualquier otro, una gran simplificación, pero en términos de una comunidad de inversores perfectamente racional (está bien, puedes reírte) parece que debería mantenerse bastante bien.
Sin embargo, para llevar esto un poco al mundo real. Los niveles a corto plazo de la inflación y los niveles a corto plazo de las tasas de gasto y ahorro no parecen ser especialmente a corto plazo. Los consumidores ordinarios, que constituyen la mayor parte de la economía, tardan mucho tiempo en cambiar su comportamiento para llevarlos a un equilibrio, y los choques y las intervenciones gubernamentales y los cambios tecnológicos son lo suficientemente frecuentes como para que, en efecto, todo siga siendo más dinámico de lo que suponen los monetaristas. ¿Hace esto que la hipótesis sea inútil? No del todo, como inversor sin medios para predecir el futuro con exactitud podría hacer peor que confiar en ella y limitarse a tratar de mantener sus márgenes altos en caso de sorpresas desagradables.
Como respuesta concisa a su pregunta: Tienes razón en el corto plazo, la hipótesis de Fisher se supone que se aplica al largo plazo, pero si lo hace con precisión es prácticamente imposible de descifrar a partir de los datos caóticos del mundo real.