Como otros han señalado, las noticias negativas procedentes de Europa últimamente han sido en su mayoría euro-negativas, lo que significa que el dólar estadounidense ha ganado valor. Con un dólar más fuerte, deberían necesitarse menos dólares para comprar una cantidad fija de una materia prima como el oro. Por supuesto, esto no es una garantía, ya que el precio del oro sigue estando determinado por la oferta y la demanda globales; se comercia mucho con él de muchas formas, física, "en papel" (por ejemplo, el GLD ETF), y derivados (por ejemplo, futuros).
En los últimos años, el oro ha mostrado una buena correlación con otros activos de riesgo, como la renta variable. No hay un único factor que explique la rápida revalorización del oro en los dos últimos años, pero es evidente que se ha especulado mucho con la posibilidad de que siga revalorizándose. Muchos argumentan que esto es directamente atribuible a la política monetaria laxa de los bancos centrales (como el de EE.UU.). flexibilización cuantitativa programas) desde 2008/2009.
La fuerte especulación sobre un activo suele generar volatilidad, especialmente en épocas de noticias negativas. La debilidad de los mercados de renta variable y de otros activos de riesgo, junto con el fortalecimiento del dólar, puede disminuir el apetito por el riesgo de los participantes en el mercado, que posteriormente reducen sus posiciones especulativas (normalmente más arriesgadas). Además, cada vez hay más indicios de un problema de liquidez entre los bancos europeos, lo que podría ser un motivo adicional para cerrar posiciones con el fin de obtener liquidez a corto plazo. Cualquier presión vendedora adicional procedente de estas posibles fuentes de liquidaciones tendrá un mayor efecto negativo sobre el precio del oro.