Dado que los tenedores de bonos han votado para rechazar el plan del gestor de emergencias, que les habría pagado centavos por dólar, la ciudad está intentando ahora descargar su deuda a corto y largo plazo. Si consiguen lo que quieren en los tribunales, es probable que estos bonos pierdan su valor. Incluso si sólo consiguen reestructurar la deuda, es probable que los tenedores de bonos tengan que aceptar grandes concesiones. Sin embargo, es posible que esto no se refleje inmediatamente en los precios de los bonos, ya que es muy posible que el mercado para estos bonos sea muy limitado en términos de a quién podrían venderlos.
Si los comprara ahora, sería una apuesta por algún resultado que no fuera la quiebra y el cumplimiento de las obligaciones a largo plazo de la ciudad. El presidente Obama ya ha declarado que supervisa la situación, y me parece poco probable que, después de todo el apoyo prestado a la industria automovilística en los últimos años, el gobierno federal no haga nada, aunque sólo sea para evitar la pérdida de puestos de trabajo. Sin embargo, creo que es probable que las ayudas estatales sean, en el mejor de los casos, limitadas, ya que la economía de Michigan lleva varios años con problemas.
No hay muchos precedentes importantes que sirvan de orientación. Una de las mayores entidades públicas que se ha declarado en quiebra, el condado de Orange, fue una situación muy diferente porque se debió a la mala conducta de su gestor de inversiones, mientras que la situación de Detroit es un problema estructural mucho mayor con su economía y base fiscal en declive. Creo que la cuestión clave será si el Gobierno Federal considerará que una quiebra de Detroit es una vergüenza/fracaso lo suficientemente grande como para tomar medidas significativas.