En el ámbito académico, aprendí a evaluar el rendimiento de una cartera calculando el alfa de la siguiente manera:
$\alpha_{i} = (R_{it}-R_{ft})-[\beta_i(R_{BMK_t}-R_{ft})]$
donde $\alpha_i$ y $\beta_i$ se obtienen mediante la regresión de los excesos de rentabilidad pasados con los excesos de rentabilidad de los índices de referencia.
Con este enfoque, mediría el alfa después de capturar la prima de riesgo del mercado.
Sin embargo, en el sector me he dado cuenta de que los gestores de carteras calculan su alfa cuando distribuyen sus hojas de datos de la siguiente manera:
$\alpha_i = R_{it} - R_{BMK_t}$
Simplemente restando la rentabilidad de los índices de referencia (media o acumulada) de la rentabilidad de las carteras (media o acumulada).
Se podría concluir que el uso de este enfoque es algo engañoso, ya que el rendimiento de la cartera no está corregido por la prima de riesgo del mercado, $\beta$ . Por lo tanto, un gestor de carteras podría simplemente mantener una cartera con $\beta > 1$ y generar alfa cuando el índice de referencia sube.
Me he dado cuenta de que muchos gestores de fondos afirman que están superando a sus índices de referencia con alfas significativos, sin embargo, cuando corrijo la prima de riesgo del mercado, el alfa se vuelve negativo o muy insignificante.
Mis preguntas son:
1) ¿Por qué el sector utiliza esta metodología para presentar su alfa y engaña a los inversores minoristas e institucionales pensando que el gestor está superando a su índice de referencia gracias a su habilidad?
2) ¿Cree que medir el alfa como $\alpha_i = R_{it} - R_{BMK_t}$ es suficiente para mostrar a los gestores cualificados.
Este es un debate abierto, así que no dudes en comentar y compartir tus ideas.
Saludos cordiales,