En un libro de finanzas personales leí que si una empresa está ubicada en un país con una calificación crediticia X no puede tener una calificación crediticia mejor (más baja, es decir, más alejada del nivel AAA) que X.
Esto es simplemente erróneo. Las pruebas del mundo real demuestran que es un error. Automatic Data Processing (ADP), Exxon Mobile (XOM), Johnson & Johnson (JNJ) y Microsoft (MSFT) tienen hoy una calificación de triple A, aunque Estados Unidos no la tenga. Toyota (TM) mantuvo la triple A durante muchos años, incluso después de que la deuda japonesa fuera rebajada.
La explicación era la siguiente: el país tiene una calificación X porque el riesgo de hacer negocios con él es X y, por tanto, el riesgo de hacer negocios con cualquier empresa ubicada en ese país no puede ser automáticamente mejor que X.
Cuando se lee literatura financiera, siempre hay que ser crítico. Evaluemos esta afirmación. En primer lugar, una calificación crediticia no es el "riesgo de hacer negocios". Eso es demasiado genérico. En concreto, una calificación crediticia intenta definir la capacidad de una persona o empresa para pagar sus obligaciones. Comprar bonos del tesoro constituye un negocio con el gobierno, pero se puede argumentar que comprar sellos en USPS también es un negocio con el gobierno, y una calificación crediticia no afectará demasiado a este último.
La calificación crediticia refleja la capacidad de una entidad para pagar sus obligaciones. ¿Qué tiene que ver la capacidad de pago de un gobierno con la capacidad de pago de las empresas de ese país? No mucho. Ciertamente, si una empresa mantiene su excedente de efectivo en el tesoro, entonces la rebaja de la calificación del gobierno afectará a la empresa, pero en general, la calificación crediticia de una empresa determina la de la empresa capacidad de pago.