Los costes administrativos incluyen el salario del gestor del fondo y costes como el mantenimiento de registros, la contabilidad, el envío de folletos, el servicio de atención al cliente y el mantenimiento de una página web). Aunque varían, no es probable que sean muy diferentes de un ETF a otro, a menos que se trate de un ETF pequeño.
Los costes de negociación pueden entrar en juego cuando los componentes del índice cambian. Esto debería afectar a todos los ETFs de índices similares de forma relativamente igual. Sin embargo, si hay grandes cantidades de compra o venta de un ETF, éste puede cotizar con una prima o un descuento respecto a sus participaciones. Para volver a alinear el valor liquidativo, los participantes autorizados negocian grandes bloques de acciones del fondo y valores subyacentes con el gestor del ETF, arbitrando los dos hacia la paridad. Esto aumenta los costes de negociación del ETF afectado. Este coste oculto es menor en el caso de los ETF que siguen índices más amplios, pero mayor en el caso de los que se refieren a un sector más reducido.
Los índices grandes pueden tener muchos componentes. Por ejemplo, el Russell 2000. Para un ETF es prohibitivo duplicar todas las participaciones, por lo que construyen una cartera representativa con una muestra de valores que imitan mejor el rendimiento del índice. Un ETF de muestreo tendrá un ratio de gastos más bajo que uno que intente duplicar de forma idéntica. Por el contrario, un índice como el S&P 500 se compone de los valores más grandes y más líquidos sp hay una réplica completa.
La respuesta breve a por qué varían los coeficientes de gastos es que depende de diferentes variables.