Los fondos indexados pueden invertir directamente en los componentes del índice o en otros instrumentos (como los ETF, las opciones sobre índices, los futuros, etc.) que están altamente correlacionados con el índice. El folleto específico del fondo o la descripción en cualquier sitio financiero decente deberían contener estos detalles.
Los fondos indexados no se gestionan activamente, pero eso no significa que no se gestionen en absoluto: si el índice cambia y el fondo incluye acciones específicas, ajustarían el contenido del fondo. Por supuesto, el inconveniente es que vender grandes cantidades de determinadas acciones (en su punto más bajo, ya que se excluyen presumiblemente por su caída) y comprar grandes cantidades de otras acciones (en su punto más alto) puede tener ciertos costes, lo que haría que el fondo se quedara atrás respecto al índice. Normalmente la diferencia no es demasiado grande, pero existe.
Invertir en el contenido del índice implica directamente más operaciones, que el fondo distribuye entre los partícipes, por lo que no suele comprar individualmente para cada partícipe, sino que gestiona la cartera en grandes trozos, lo que ahorra costes. Por supuesto, el inconveniente es que puede ir por detrás del índice si éste es volátil.
Además, para comprar acciones específicas, tendrá que desembolsar una serie de precios de acciones enteras, lo que para un índice grande puede ser una suma considerable y no le permitirá mucha flexibilidad (como "quiero retirar la mitad de mi inversión en S&P 500"), ya que normalmente no puede poseer 1/10 de una acción. Con los fondos indexados, el precio de entrada suele ser bastante bajo y los incrementos en los que puede añadir o retirar fondos también son bajos.