En ciencia no demostramos realmente las teorías, sino que las aceptamos provisionalmente si no las rechazamos a la vista de los datos.
Puede intentar comprobar empíricamente si hay inflación y oferta monetaria mediante diversas técnicas de series temporales. Por ejemplo, De Grauwe & Polan (2005) o Frain (2004) utilizan la causalidad de Granger para demostrar que los retardos de las tasas de crecimiento de la oferta monetaria pueden explicar las tasas de inflación. Esto sería una prueba coherente con la afirmación de que el crecimiento de la oferta monetaria conduce a la inflación.
Este no es el único modelo que puede utilizarse. El modelo correcto dependerá de la disponibilidad y calidad de los datos, y de lo que se quiera probar exactamente. Por ejemplo, si desea probar la siguiente hipótesis:
Por ejemplo, si tenemos un doble aumento de la oferta monetaria, entonces tendremos un doble cambio en el tipo de cambio (devaluación de la moneda).
La prueba de causalidad de Granger no sería suficiente porque su afirmación requiere que no exista sólo una relación causal en la que el aumento de la oferta monetaria lleve a la caída del tipo de cambio. Debe hacer un esfuerzo adicional para comprobar si la relación es exactamente proporcional. Esto significa que, además de su modelo preferido, tiene que extraer los coeficientes estimados y comprobar si el tamaño del coeficiente es estadísticamente diferente de la unidad (lo que sería una prueba en contra de la afirmación) o no. Existen varias pruebas para ello, pero sin más detalles es difícil recomendar una en concreto.