En una economía de mercado, se puede pensar en las operaciones de divisas del Banco Central como un proceso de flujo y reflujo, o como una función de amortiguación. En épocas favorables, cuando la moneda local goza de buena salud y demanda en todo el mundo, el banco central vende moneda local para comprar dólares (u otros activos de reserva) para su balance; y viceversa, en épocas de debilidad, vende dólares para comprar la moneda local. Todo ello a precios de mercado.
En una economía con una divisa no convertible (divisas controladas), los exportadores locales están obligados por ley a vender todas (o una parte) de las divisas que obtienen de las exportaciones a un tipo de cambio determinado al BC (o a un organismo sepcializado como la Administración Estatal de Divisas). Así que "todas sus divisas nos pertenecen", y el BC las gestiona como considera oportuno (manteniéndolas invertidas, vendiéndolas a los importadores para su uso o utilizándolas para la intervención en divisas).
Otra posibilidad como mencionas es vender oro.