Vivimos en EE.UU. y nos hemos esforzado por ahorrar 12 meses de gastos de subsistencia en un fondo de emergencia. Es principalmente para cubrirnos en caso de pérdida inesperada del empleo, pero también nos ha resultado útil para otras sorpresas desagradables (muerte del coche, avería del pozo, etc.). Guardamos el dinero en una cuenta de ahorro normal en nuestro banco local, vinculada a nuestra cuenta corriente. En caso de emergencia, podemos transferirlo a nuestra cuenta corriente y disponer de él el mismo día. Entonces, nuestra siguiente prioridad financiera (después de pagar las facturas, pero antes de ahorrar para otros proyectos), es reponer el fondo.
Sin embargo, la reciente agitación en Europa nos ha hecho pensar. ¿Deberíamos tener también una cantidad considerable de dinero en efectivo a mano que guardemos en nuestra casa en caso de que haya algún tipo de situación en la que no podamos acceder a nuestras cuentas en el banco?
Los pros serían (1) el acceso inmediato al dinero, y (2) tendríamos una fuente de dinero fácilmente disponible que cualquiera estaría dispuesto a aceptar incluso si hubiera una interrupción en las tarjetas de crédito o las cuentas bancarias.
Los contras son (obviamente) que si la emergencia ocurriera cuando estuviéramos fuera de casa, no podríamos utilizarlo. Además, si nos robaran la casa o se quemara, el dinero se perdería. Que yo sepa, el seguro de hogar sólo cubre una cantidad trivial de dinero perdido.
Por último, si el consenso es que debemos mantener un montón de efectivo a mano, ¿cuánto tiene sentido?