Estados Unidos cuenta con una nueva ley que obliga a las agencias de valores a informar de la base de coste de las ventas en el formulario 1099-B del IRS. En el caso de las acciones compradas después del 1 de enero de 2011, las empresas de servicios financieros tendrán que informar de la base de coste de las acciones vendidas. La ley extiende los requisitos de información durante los próximos tres años. El 2011 es para las acciones. En 2012, los requisitos de información se aplicarán a los programas de reinversión de dividendos y a los fondos de inversión. En 2013 se aplicará a las compras de bonos, opciones y otros.
La base de coste es el precio de compra del valor en la fecha/hora de la transacción. Es habitual (e inteligente) que al vender acciones se especifique exactamente qué acciones se van a vender. Una de las razones para ello es minimizar las ganancias de capital vendiendo primero las acciones por las que se ha pagado más. Para ello, por supuesto, es necesario conocer la base de coste de todas las acciones, lo que supone una gran carga para la contabilidad.
Creo que el hecho de que las empresas de corretaje hagan un seguimiento de esta información y la comuniquen facilitará la vida de los inversores. Una gran noticia. Sin embargo, ¿cuáles son las implicaciones negativas de esto? Sin duda es costoso para los corredores. ¿Estamos viendo ya repercusiones?