Si eres un Freelancer y un cliente no se presenta a una cita o llama tarde y la cancela, esto es lo que debes hacer:
1) La primera vez: Sea muy cortés, cordial y comprensivo. Envíeles un correo electrónico de seguimiento. Dígales a) que no se preocupen y b) que, aunque es su práctica habitual, no les cobrará por esta cita perdida. Pregúntele cuándo quiere volver a concertar una cita.
La idea es ser muy amable y comprensivo, marcar la pauta y hacer avanzar su negocio.
2) La segunda vez: De nuevo, sea muy cordial, pero cobre por la cita perdida y vuelva a programarla.
Si el cliente se resiste a pagar, hágale saber que no le cobrará, pero que su práctica general es cobrar por las citas perdidas.
A menudo se limitan a aceptar que su tiempo para las citas fijadas es facturable y pagan sin ninguna objeción.
3) La tercera vez: Cobre al cliente y sea firme al respecto.
Su tiempo es dinero. Una cosa es que un cliente falte habitualmente a sus citas. Otra cosa es que no respete que se le pague por su tiempo.
Tres citas perdidas son suficientes para empezar a facturar su tiempo por esas citas perdidas o para perder al cliente problemático.
Quieres construir tu negocio con clientes que respeten tu valía y tu profesionalidad; a veces eso significa dejar marchar a los clientes problemáticos.