Supongamos que en una empresa que cotiza en bolsa, el promotor posee más del 51% de las acciones. En ese caso, lo que impide que el promotor ejerza su libre albedrío, como nombrar a su propia familia / amigos en puestos importantes y desviar ganancias en nombre de cobrar sueldos y comisiones.
Incluso los votos colectivos de los accionistas minoritarios no importarán, ya que el promotor posee más del 51% y su voto finalmente anulará.