La mayoría de la gente tiene problemas para estimar los proyectos, especialmente cuando son nuevos. Al estimar, tendemos a pensar en el proyecto a un nivel muy alto y no tenemos en cuenta los detalles que intervienen para calcular una buena estimación de objetivos.
La solución más lógica es prevenir este problema centrándose en mejorar sus técnicas de estimación:
Divida el trabajo en pequeñas subtareas:
Para crear una buena estimación, primero hay que desglosar el proyecto en secciones de alto nivel que sabes que formarán parte del proyecto. Si estás trabajando en un sitio web con un front-end y un back-end, por ejemplo, entonces sabes que tienes una parte de front-end del lado del cliente y un back-end del lado del servidor.
Por ejemplo, desglosaría el front-end por páginas, luego desglosaría cada página por componentes, luego desglosaría los componentes en el trabajo que hay que hacer en el front-end y el trabajo que habría que hacer para poblar ese front-end con cualquier dato. A continuación, reuniría una estimación de cuánto tiempo llevaría completar esos componentes.
Una vez completado, miraría mi hoja de cálculo. Las tareas que llevan más de un día, las vuelvo a revisar y las desgloso aún más. Lo ideal es desglosar cada tarea en subtareas en las que cada subtarea lleva una o dos horas.
Al desglosar las tareas en subtareas que se miden en pocas horas, lo más probable es que descubra detalles y alcances adicionales que, de otro modo, habría pasado por alto si me hubiera limitado a utilizar mi intuición inicial.
Por último, añada un 30% adicional para los errores y otros problemas que puedan surgir, por si acaso.
¿Y si sigo teniendo problemas de subestimación?
En cuanto creas que puedes salirte del presupuesto, díselo a tu cliente inmediatamente. Si aún es pronto, quizá puedas aclarar el alcance y negociar una tarifa más alta en el contrato. Explica al cliente qué parte del alcance del proyecto has pasado por alto y ofrécete a facturar el tiempo adicional con una tarifa más baja.
Si se niegan, entonces puedes decidir si vale la pena amortizar el tiempo que ya has invertido y si merece la pena perder al cliente. En los casos en los que se produzcan grandes dificultades, es posible que quieras poner fin al proyecto.
Sin embargo, si sabe que va a haber más trabajo, o si sabe que no va a sobrepasar su presupuesto por mucho, puede ser inteligente simplemente comerse las pérdidas, sabiendo que tendrá más trabajo después y una oportunidad de aprender del error.
Sea como fuere, es importante explicar que se puede haber subestimado, para que el cliente no se sorprenda más tarde con presupuestos más elevados.