Cuando una empresa realiza una oferta pública inicial, pone sus acciones a disposición del público por primera vez. Hay dos mercados: el "primario" y el "secundario" (la terminología es un poco confusa).
El mercado primario
Tras pasar por los trámites de presentación ante la SEC (por ejemplo, el documento S-1), el o los suscriptores de la oferta garantizan que se venderá un determinado número de acciones a un precio concreto. Los suscriptores buscan inversores que quieran participar en la OPV y que paguen ese precio exigido (o más). Si un número insuficiente de inversores participa, el o los suscriptores tienen la obligación de comprar las acciones pendientes. Por ello, suelen ser los grandes bancos de renombre los que suscriben las salidas a bolsa, ya sea en solitario o como parte de un "sindicato": necesitan tener suficiente capital para cubrir esta obligación.
Como cliente minorista, puede "entrar" en las OPIs poniéndose en contacto con su agente de bolsa con antelación y preguntando si puede comprar las acciones de la empresa como parte de su OPI. A veces, una salida a bolsa está "sobresuscrita", es decir, hay más personas que quieren acciones que las que hay disponibles. La OPV no tiene por qué tener lugar en una bolsa: cada oferta puede tener sus propias normas. La disponibilidad de las acciones de la OPI también puede depender de la relación que tenga su agente con los suscriptores de la oferta.
El mercado secundario
Una vez concluida la OPV y fijado el precio, los compradores de las acciones de la empresa tienen derecho a vender sus acciones en el mercado secundario Por ejemplo, en una bolsa como la de Nueva York.
Acontecimientos que ocurren durante una OPV
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En primer lugar, los suscriptores intentan conseguir el mejor precio y un compromiso de compra de todas las acciones de la OPI.
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El o los suscriptores realizan la OPV y entregan a los inversores sus acciones al precio determinado, según los procedimientos establecidos en el folleto. Los ingresos van a parar a la empresa después de que el suscriptor reciba sus honorarios.
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Los inversores reciben una notificación de cuántas acciones han recibido y a qué precio.
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Una vez que la oferta pública inicial se ha completado y la empresa ha cumplido los criterios de comilla y apertura de la bolsa, ésta puede abrir el símbolo de comilla para las ofertas y demandas. Cuando la diferencia entre la oferta y la demanda sea lo suficientemente pequeña, la bolsa podrá abrir el símbolo para su negociación.
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A menudo, la empresa que figuraba en la lista ese día consigue hacer sonar la campana que indica el cerrar del mercado. Esto es para indicar que la OPV se ha completado y que la negociación ha comenzado y concluido su primer día en el mercado secundario.
El toque de las campanas de apertura y cierre es principalmente ceremonial. Puede haber más de una empresa cotizando en un día determinado, y ninguna de ellas está obligada a tocar la campana de apertura o de cierre.
El Abierto
El timbre de apertura y el timbre de cierre indican el comienzo y el final de las sesiones de negociación continua (la negociación puede seguir teniendo lugar durante las sesiones "fuera de horario" o "antes de la apertura"). Después de la campana de apertura, los valores individuales pueden o no abrirse a la negociación. A veces, si el diferencial es demasiado amplio (al margen de las normas de la bolsa) o si el símbolo se detiene (por ejemplo, si se publican noticias), la acción abrirá más tarde en el día. Es habitual que las acciones vuelvan a abrirse durante el día por una u otra razón, aunque esto no ocurre todos los días.
A menudo, la bolsa designa a uno o varios creadores de mercado que se encargan de proporcionar ofertas y demandas suficientemente estrechas para abrir el símbolo y proporcionar precios de compra y venta a lo largo del día. Para ello, deben disponer de suficientes existencias para empezar a hacerlo.
Las normas varían según la bolsa en cuanto a los procedimientos que se llevan a cabo para abrir un símbolo a la negociación, ya sea al principio del día, después de un parón (por ejemplo, la suspensión mientras se anuncian las noticias) o después de una OPV. Por lo general, existe una "amplitud de comilla" mínima antes de que pueda iniciarse la negociación, y ésta comienza cuando se produce la primera ejecución, es decir, cuando alguien envía una orden de compra al precio ofrecido, o alguien está dispuesto a vender al precio de oferta. En la Bolsa de Nueva York, el precio lo fija el especialista (otro nombre para el creador de mercado), que es el tipo (sí, un tipo en el parqué) que muestra el precio de oferta y demanda. Sin embargo, las órdenes inferiores a 1100 acciones enviadas a NYSE se ejecutan mediante un sistema automatizado. Otras bolsas muestran las (mejores) ofertas y demandas ofrecidas por otros participantes, que se ejecutan cuando coinciden. Sin embargo, tienen que respetar los horarios de apertura de la bolsa en la que cotiza el símbolo.
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No hay normas fijas sobre la hora de apertura de una OPI. La Bolsa de Nueva York suele abrirlas a la hora de la apertura o cerca de ella, y el NASDAQ suele hacerlo a última hora de la mañana, quizá para destacarlas. También puede haber una preferencia horaria en función del suscriptor. El inicio de la comilla puede retrasarse hasta que se pongan todos los puntos sobre las íes. Para más información sobre el proceso, busque en Google: "IPO Price Discovery DMM".
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Además, en este caso, Spotify no puso a la venta acciones como se hace tradicionalmente en una OPV. Aunque hoy cotizaban en bolsa, el mercado era escaso, nadie sabía a qué precio se negociarían, y alguien tenía que ser vendedor.