El hecho de que una acción cotizada ofrezca opciones depende de la OCC y de sus bolsas miembro.
Por ejemplo, el CBOE tiene cinco reglas que deben cumplirse para enumerar las opciones:
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El valor de renta variable subyacente debe ser una acción NMS debidamente registrada.
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La empresa debe tener al menos 7.000.000 de acciones públicas.
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La acción subyacente debe tener al menos 2.000 accionistas.
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El volumen de negociación debe ser igual o superior a 2.400.000 acciones en los últimos 12 meses.
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El precio del valor debe ser lo suficientemente alto durante un tiempo determinado.
Estas normas determinan si las opciones pueden negociarse, pero la decisión de permitir la negociación de opciones sigue correspondiendo a las bolsas y a la OCC. Las decisiones secundarias determinan si la acción ofrece opciones semanales y/o LEAPs también.
La única garantía que tiene es que las opciones existen, seguirán negociándose hasta que las opciones existentes expiren (salvo eventos corporativos como adquisiciones, exclusiones de comilla o quiebras) o el interés de los operadores sea tan bajo (volumen de negociación) que decidan no ofrecer nuevos vencimientos. Por cierto, la lista de valores con opciones semanales no cambia mucho ni con frecuencia, con la excepción de las acciones corporativas.