Mi pareja y yo nos vamos a mudar pronto de un alquiler suburbano a un apartamento en el centro de la ciudad. Ambos estamos a poca distancia del trabajo (5 minutos para ella, 30 para mí). Coordinamos muy bien nuestras necesidades de compra y hace meses que cada uno necesita un coche distinto al mismo tiempo (y esas situaciones se evitarían por completo si viviéramos donde nos vamos a mudar pronto). No me gusta conducir y, de todos modos, puedo conseguir casi todo lo que necesito a poca distancia. Tampoco me importan los duros inviernos, ya que ir andando al trabajo por la mañana es totalmente cuesta arriba y a mitad de camino ya tengo bastante calor.
Su coche -un Jeep de 2015 por el que consiguió una fantástica oferta ya que el concesionario estaba tratando de hacer sitio para los modelos de 2017- era completamente nuevo cuando lo compró: 36 millas en el odómetro. Sin embargo, mi Toyota Camry de 2007 (que fue regalado hace unos años y no tiene un préstamo para el coche) no es una gallina de los huevos de oro. No necesita reparaciones, pero dudo que dure otros 5-10 años sin invertir una cantidad significativa de dinero en él. Mientras tanto, el único aparcamiento nocturno cercano cobra unos 70 dólares al mes por un pase permanente.
Tengo opciones alternativas: Puedo dejar el coche en el aparcamiento de los empleados, que está a una hora a pie de nuestro apartamento o a 20 minutos a pie de mi oficina, aunque hay paradas de autobús cercanas para cada lugar. Dejarlo en el aparcamiento es gratuito, aunque estará expuesto a los elementos del noreste americano.
En esencia, mi pregunta se reduce a lo siguiente: ¿merece la pena conservar el coche, ya sea pagando por mantenerlo a una distancia conveniente en un garaje o de forma gratuita y expuesto a largos inviernos, o debería venderlo más pronto que tarde para que la depreciación no merme el valor cuando se me plantee la decisión de pagar las inevitables reparaciones o venderlo tal cual?
Probablemente no tomaré una decisión en breve, pero significaría mucho conocer la opinión de otras personas sobre este asunto.
(Supongo que habrá unas cuantas respuestas predecibles en la línea de "¿y si rompéis?". Aunque aprecio la aportación de todos, sugeriría que si ése es tu único argumento, tal vez quieras preguntarte primero si alguna vez has experimentado el amor verdadero).