No. La volatilidad por sí misma es un número sin sentido.
La volatilidad adquiere relevancia cuando se utiliza en un contexto, como cuando se compara entre activos, o para identificar cuánto ha cambiado la estabilidad de un instrumento financiero a lo largo del tiempo. En estos dos ejemplos, al dividir la volatilidad por la tasa media de rendimiento se obtiene un número adimensional más útil, conocido como coeficiente de variación .
La volatilidad histórica también puede servir como parámetro de entrada para la simulación del precio de un activo, siempre que el analista tenga ya en mente un modelo probabilístico. El ejemplo que esbozas es similar a la estimación de un intervalo de confianza. Tu ejemplo refleja la suposición de que el comportamiento del activo se modela con una función de densidad de probabilidad que es simétrica con respecto al último precio.
Existen otros usos de la volatilidad histórica, pero los anteriores se encuentran entre las aplicaciones más típicas de ese concepto.