En la negociación de energía de alta frecuencia, es posible que un operador tenga cientos de órdenes en el libro, posiblemente en más de una bolsa, por ejemplo, ICE y NYMEX.
Un operador puede ejecutar docenas de algoritmos simultáneamente. Cada uno de ellos puede responder de forma independiente a los cambios que detecta en los datos del mercado, así como a los datos de sincronización y llenado de sus propios informes de ejecución.
En algunas situaciones, un cambio repentino de precios en un mercado de futuros influyente puede requerir la modificación de los precios de las órdenes en ambos lados del mercado durante docenas de períodos de entrega. Y luego, por supuesto, están los spreads, las mariposas y otras estrategias de futuros que vinculan los precios de sus tramos. Las órdenes en estos instrumentos también pueden tener que ajustarse.
Es importante darse cuenta de que, incluso dentro de una bolsa, los instrumentos relacionados en el sentido económico no se negocian necesariamente en el mismo motor de coincidencia, y que los informes de ejecución (para los operadores individuales) viajan por caminos diferentes a los datos del mercado (publicados genéricamente para todos los suscriptores). Una estrategia multiproducto debe tener esto en cuenta. El NYMEX y el ICE también negocian los equivalentes con liquidación financiera de sus respectivos contratos con liquidación física, y éstos también tardan en cambiar.
Los algoritmos varían en cuanto a la cantidad de datos que necesitan para detectar y actuar sobre un cambio de precios. Los operadores de los algoritmos también pueden ejecutarlos de forma diferente en los días en que se prevé que el mercado sea volátil, por ejemplo, con umbrales que reduzcan el riesgo de una ejecución errónea.
Incluso un operador con cajas negras ubicadas en las bolsas necesita tiempo para transmitir los mensajes de cancelación/sustitución necesarios, sobre todo porque otros operadores intentarán hacer lo mismo. Por lo tanto, un error de precios en un conjunto de mercados vinculados puede existir durante varios milisegundos, y en algunos casos hasta varios cientos de milisegundos, es decir, el tiempo necesario para que la mayoría de los participantes en el algoritmo actualicen los estados de sus libros locales y comiencen a esperar el siguiente evento desencadenante.