Todas las formas de seguro crean incentivos perversos para facturar lo máximo posible en lugar de competir en precio. Por eso los talleres de reparación de lunas suelen anunciar que le devolverán el dinero si su seguro cubre la reparación. Facturan tanto más de lo que realmente les cuesta que pueden permitirse darle 100 dólares en efectivo y seguir obteniendo beneficios. Esto es un fraude al seguro, pero es tan común que aparentemente las autoridades no tienen los recursos necesarios para enfrentarse a él.
Las compañías de seguros quieren utilizar los límites de cobertura como argumento de venta para sus propios clientes, sin exponerse a este tipo de fraude al revelarlo a los reclamantes. Como señala otra respuesta, los límites de cobertura pueden acabar siendo revelados en los tribunales. Pero es de suponer que el reclamante tendría que haber aportado una cantidad en dólares antes de eso.