Un familiar de edad avanzada (más de 70 años) recibió asesoramiento financiero de una empresa de asesoramiento financiero regulada (en el Reino Unido). El servicio invirtió el dinero por ellos en varios fondos bursátiles por una comisión del 1% de los activos. No se consultó a la familia.
Desde entonces, al familiar se le ha diagnosticado demencia, lo que ha hecho que se investigue su situación, lo que ha hecho saltar las alarmas sobre la legalidad o la ética del asesoramiento recibido.
¿Cuáles son las condiciones de asesoramiento financiero a las personas mayores y/o enfermas? ¿Ha actuado la empresa de forma poco ética en esta situación?