Discutí con un amigo sobre si las aplicaciones para pedir comida a domicilio tenían algún "valor". Intenté convencerle de que eran empresas de extracción de rentas, pero no estaba convencido. Así que quiero dos cosas aquí. En primer lugar, cuáles son los puntos débiles de mi argumento y, en segundo lugar, cómo puedo articular mejor mis puntos.
Mi posición era que las aplicaciones se utilizan para proporcionar beneficios marginales a los consumidores que luego las utilizan a costa de los restaurantes que realmente preparan la comida. Sin embargo, si los que se benefician de la aplicación (los consumidores hambrientos) tuvieran que asumir el coste en lugar del restaurante, optarían por no utilizar la aplicación. Con esto quiero decir que si el dinero pagado por el restaurante a la empresa de la aplicación se añadiera como un recargo a la factura del cliente, éste cogería el teléfono en lugar de utilizar la aplicación. Por lo tanto, dado que aquellos que disfrutan de los limitados beneficios de la aplicación no estarían dispuestos a pagar por el servicio de la misma, la aplicación no tiene ningún valor y es una empresa de búsqueda de rentas por parte de una empresa tecnológica para extraer dinero de los restaurantes de comida para llevar.