Mi familia alquila nuestra residencia principal en una ciudad importante y pagamos un alquiler mensual considerable, suficiente para cubrir dos o tres cuotas de la hipoteca en una juridiscción barata. Una de las principales razones por las que he sido inquilino a largo plazo es para evitar lidiar con los gastos y las molestias relacionadas con el mantenimiento de una casa.
En el pasado siempre he tenido propietarios muy buenos, receptivos y proactivos que cumplen su parte del trato de mantenimiento.
Nos mudamos en la primavera y estamos encerrados en un contrato de alquiler de 2 años. Nuestro nuevo propietario se ha visto muy afectado por la pandemia, y ha puesto a la venta por un tiempo nuestra propiedad (3 unidades de alquiler legales en una casa), antes de retirarla del mercado y trasladar su residencia principal a una zona más barata a una hora de distancia.
Recientemente hemos tenido algunas necesidades de mantenimiento que les ha costado abordar, una de ellas era un problema crucial de fontanería que se abordó con más lentitud de la necesaria, y ahora nos han dicho rotundamente que no tienen dinero para abordar otros problemas menos críticos pero aún urgentes que les hemos planteado, y básicamente han dicho que "tendrán que esperar hasta la primavera". Está claro que los ingresos del alquiler se destinan a sus gastos personales, y nada de lo que se necesita equivale a un tercio de nuestro alquiler mensual en términos de coste.
He revisado nuestra póliza de seguro para inquilinos, pero no se mencionan las situaciones en las que un propietario ya no puede permitirse el mantenimiento de su propiedad.
Aparte de tener una cantidad importante de dinero en efectivo en una cuenta de ahorros para cubrir los posibles gastos que puedan surgir si el arrendador no es capaz de resolver los problemas más importantes, y aparte de las acciones legales contra el arrendador, ¿hay algún enfoque financiero personal que podamos adoptar para protegernos del riesgo al que nos vemos expuestos de repente?