Durante unos 100 años aproximadamente, las comillas bursátiles (símbolo, precio, volumen) se transmitían por telégrafo. Muchos operadores de esa época leían cintas, a menudo sentados en la oficina de su agente de bolsa antes de que los teléfonos fueran de uso generalizado. Esto fue sustituido por las redes de comunicación electrónica (ECN) hacia 1980.
Hasta hace unos 10 años, el "open outcry" era el método de comunicación de órdenes en los parqués. Consistía en hacer señales con la mano y/o declaraciones verbales. A menudo se utilizaban corredores de piso en la transferencia de órdenes de compra o venta (por teléfono al piso de la bolsa) de la empresa de corretaje a los operadores de piso. Un ejemplo clásico de open outcry es la negociación de futuros de zumo de naranja en la película de Eddie Murphy "Trading Places". Buen reparto y una película que merece la pena ver.
En lo que respecta a las operaciones bursátiles, en la época anterior a Internet, la gente utilizaba el teléfono para negociar. Esto era problemático en varios sentidos. En primer lugar, había que esperar a un agente de bolsa y, en los días de mayor actividad del mercado, había que esperar, esperar y esperar. Un ejemplo extremo fue la crisis de 1987, cuando todo el sistema se sobrecargó. Tenías suerte de poder comunicarte con tu corredor ese día. Por ejemplo, tenía media docena de opciones cubiertas sobre Bear Stearns que vencían dentro del dinero el viernes, el último día de negociación antes del colapso. Mi corredor de servicio completo, Paine Webber, tardó más de una semana en determinar si se me habían asignado como se esperaba o no.
Con la llegada de los teléfonos de tono, los operadores minoristas podían utilizarlo con los corredores que ofrecían sistemas de comilla automatizados. Por ejemplo, en el teclado del teléfono, el número 2 tiene las letras A, B y C. Si quisiera obtener una comilla de una acción con el símbolo ABC, pulsaría 2-1 (A), 2-2 (B), 2-3 (C), y el segundo número de cada par representaría la posición de la letra en esa tecla. Tedioso, por decir lo menos.
A lo concreto de tu pregunta. La gente grita todo el tiempo, por muchas razones, en persona o por teléfono. No es una escena de película descabellada que una persona que está perdiendo dinero en el mercado o que desea fervientemente hacer una compra de acciones esté gritando a su corredor por teléfono.
Antes de Internet, si se tenía una cuenta de corretaje, todo el mundo tenía un corredor de bolsa, ya fuera personal o, cuando surgieron los corredores de descuento, un corredor de bolsa cualquiera de su empresa de corretaje. No hacía falta ser rico.
Por cierto, los ricos suelen utilizar gestores de dinero que, o bien operan directamente en la cuenta por ellos, o bien ofrecen ideas de inversión al titular de la cuenta. Sin embargo, nada les impide llamar a su corredor para realizar operaciones.
Los jóvenes no tenéis ni idea del placer que supone comerciar en la era de la información :->)
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Es, por supuesto, una tontería, como tantas otras en el cine. No tiene relación con la realidad, pero así es como Hollywood lo dramatiza para el público.