Con el autómata TOTAL, el mayor problema sería que nadie trabajaría, y los ricos poseerían toda la capacidad de producción, por lo que nadie más ganaría dinero para comprarles. Efectivamente, la demanda global se secaría, incluso cuando la gente está desesperada por las cosas que necesita, pero no puede permitirse comprarlas ni siquiera a precios cada vez más bajos. Incluso los ricos saldrían perdiendo, porque no quedarían consumidores capaces de comprar sus cosas. Esencialmente, la economía se paralizaría a menos que la redistribución de la riqueza fuera forzada por el socialismo, para que más gente pudiera permitirse comprar cosas.
Hasta cierto punto, ya estamos empezando a ver un cambio en esta dirección, con el aumento de la automatización, una distribución de la riqueza cada vez más sesgada y la ralentización del crecimiento y la demanda, ya que las masas no pueden permitirse comprar lo que necesitan, aunque se pueda producir más fácilmente. El panorama no será bonito si nadie puede ganarse la vida sin ningún ingreso.
Sin embargo, esto sólo ocurre con la automatización completa, en la que no queda literalmente nada que hacer por parte de las personas. En la práctica, las tareas simples y repetitivas tienden a automatizarse en primer lugar, dejando a las personas más tiempo para realizar tareas más complejas que (todavía) no pueden automatizarse, por lo que la productividad y la eficiencia generales aumentan sin afectar al empleo general. Así, la gente sigue ganando un salario digno y puede comprar más cosas que ahora son más baratas y fáciles de hacer.
La automatización sólo se convierte en un problema cuando se pueden automatizar incluso las tareas más complejas, y ése es el gran riesgo de la inteligencia artificial que, según gente como Stephen Hawking, supondrá el fin del mundo. En mi opinión, probablemente tenga razón. No porque las máquinas se apoderen conscientemente del mundo, sino porque harán que las personas y el empleo (el potencial para ganarse la vida) sean redundantes.