El ratio de Sharpe y el ratio de Sortino no están bajo el control de los gestores del ETF, sino que serán iguales (o muy cercanos) a los ratios del índice que sigue el ETF. No hay mucho espacio para la diferenciación aquí.
Para que su ETF sea atractivo para los clientes, los gestores de fondos se preocupan por el error de seguimiento entre su fondo y el índice. Quieren que su ETF siga el índice lo más fielmente posible. Por ello, lo controlan y toman medidas para mejorar el seguimiento si es necesario.
Asimismo, también se preocupan por el diferencial entre la oferta y la demanda del ETF y el descuento/premio respecto al valor liquidativo. Aunque no lo controlan directamente, vigilan la situación y se mantienen en contacto con los participantes autorizados y los creadores de mercado para garantizar que el coste de la negociación y el error del valor liquidativo frente al precio sean pequeños, lo que atraerá a los clientes. Si es necesario, pueden animar a otros PA y MM a participar.
Por supuesto, lo que más importa a todos los gestores de dinero es tener un gran AUM, ya que se les paga un porcentaje del AUM. Intentarán comercializar su fondo para atraer más clientes y sus AUM. Quizás sus materiales de marketing mencionen el Ratio de Sharpe y el Ratio de Sortino, pero no es una métrica clave en lo que respecta a los gestores de ETFs pasivos.