En general, no, no puede imponer normas más estrictas a las importaciones que a la producción nacional. O más exactamente, podría, pero los países que exportan pieles a Noruega podrían impugnarlo. La regla general es que la industria nacional no puede recibir un trato preferente respecto a los importadores.
Noruega puede hacerlo al revés, es decir, las normas de la OMC le permitirían seguir importando pieles tras cerrar su industria nacional.
Pero siempre hay formas de evitarlo. Por ejemplo, estableciendo normas muy específicas (que no tienen que ver explícitamente con el país de origen) que se aplican a todo el mundo, pero que sólo cumple la industria nacional. Si las normas están lo suficientemente bien elaboradas, pasarán el escrutinio de la OMC.