Para explicar mejor el "por qué" de esta regla general, piense primero en lo que significa que la relación P/E cambie. Si la relación P/E aumenta, significa que la acción se ha encarecido (en términos relativos); por ejemplo, un aumento del precio pero sin cambios en los beneficios significa que ahora se está pagando más por cada céntimo de beneficios que antes; o bien, una disminución de los beneficios pero sin cambios en el precio significa que ahora se está pagando lo mismo por menos beneficios.
Teniendo esto en cuenta, consideremos lo que ocurre con el ratio PE cuando los beneficios aumentan (crecen): si el precio de la acción permanece igual, entonces la acción se ha vuelto relativamente "más barata", ya que ahora se obtienen más beneficios por el mismo precio. En igualdad de condiciones, no esperaríamos que esto ocurriera, sino que el precio de la acción aumentara proporcionalmente al crecimiento de los beneficios. Por lo tanto, una acción cuyo ratio PE crece a un ritmo más rápido que el crecimiento de sus beneficios se está encareciendo (el precio pagado por centavo de beneficios está aumentando). Del mismo modo, una acción cuyo ratio PE crece a un ritmo más lento que sus beneficios se está abaratando (el precio pagado por centavo de beneficios está disminuyendo). Por último, una acción cuya relación P/E crece al mismo ritmo que sus beneficios mantiene la misma valoración relativa: aunque el precio real de la acción aumente, se paga la misma cantidad por cada céntimo de los beneficios de la empresa subyacente.