Un indicador de la utilidad fundamental sería la disposición de la gente a pagar (WTP) por un producto en particular. Se puede estimar la VDP utilizando datos de consumo (por ejemplo, de las compras en Amazon/eBay), o bien obtener la VDP utilizando experimentos económicos.
Otra (¿mejor?) manera de estimar la utilidad cardinal es a través de los métodos utilizados en la neuroeconomía. Por ejemplo, uno puede monitorear el nivel de dopamina de un individuo/regiones cerebrales activas mientras toma decisiones. En la medida en que las actividades neurotransmisoras/cerebro están asociadas con el placer corporal (fisiológico), que por cierto es lo que Jeremy Bentham tenía en mente cuando acuñó el término "util", podemos afirmar que determinadas actividades/decisiones generan un nivel de utilidad medible que es cardinal en el sentido de que no sólo ordena las alternativas de elección de menos a más preferidas, sino que también significa la intensidad de la preferencia sobre cada alternativa.