El gobierno es un productor de bienes/servicios que, por lo general, no están sujetos a las transacciones del mercado.
Se puede decir que algunos bienes/servicios que produce el gobierno aumentan directamente la utilidad de los hogares/individuos en la economía.
Otros pueden funcionar como bienes intermedios, entrando, normalmente como una externalidad positiva, en la(s) función(es) de producción del sector privado.
Sin embargo, otros, los contenidos de la literatura, pueden ser tratados tanto de utilidad como de y la mejora de la producción privada.
Un ejemplo: las carreteras nacionales (sin peajes de precio completo). Las utilizan los particulares para realizar viajes de recreo (mejora de la utilidad), pero también las empresas para transportar sus mercancías (externalidad de la función de producción).
Otro ejemplo: una fuerza policial. Se puede decir que proporciona una sensación de seguridad a los individuos (mejora de la utilidad), pero también que reduce la incertidumbre para las empresas y, por tanto, aumenta la productividad de los insumos de producción (en el sentido de que no hay que desviar los escasos recursos privados para alcanzar el grado de seguridad deseado, cuando actúa una fuerza policial). Lo mismo ocurre con los militares (donde en lugar de los forajidos locales, el peligro proviene de los agresores extranjeros).
etc. De hecho, para la mayoría de los bienes/servicios proporcionados por el gobierno, yo diría que la naturaleza dual prevalece.
En el subcampo de la Economía Política, en algunos modelos surge el concepto de autoconsumo gubernamental, para captar el fenómeno de la corrupción que lleva a que parte de los impuestos sean consumidos por los funcionarios corruptos y no se utilicen para producir los bienes y servicios mencionados.