Digamos que voy al supermercado. Compro leche a 2,34 €; en la caja se espera que dé 2,34 € (no 2,30 €) o que dé 2,35 € y espere el cambio de 1 céntimo. Si digo que no quiero el cambio se suele considerar muy extraño, casi "grosero" (una especie de actitud de "soy rico").
Pero esto realmente no parece tener sentido. Tener que lidiar con monedas de 1 o 2 céntimos de euro añade aproximadamente entre 5 y 10 segundos a cada traducción que hacemos (por cada persona implicada), y un trabajador no cualificado y mal pagado de 10 euros por hora gana casi 3 céntimos cada 10 segundos.
El mero hecho de tener las monedas de 1 y 2 céntimos en el monedero aumenta el tiempo dedicado a las transacciones, ya que hace que las demás monedas (especialmente las de 5 céntimos) sean más difíciles de encontrar.
Entonces, ¿por qué se crearon? ¿No se previó este problema o no se consideró grave? ¿Por qué los usa la gente? Ser "preciso" en esto parece importar enormemente a la gente, además de a mí; algunos están dispuestos a esperar incluso 10 minutos si se acaban las monedas para conseguir su único céntimo.