Si le quito el chocolate a mi hermano, lo perderá, y lo más probable es que no consiga nada comparable.
El problema de este ejemplo es que no hay economía entre tú y tu hermano. Simplemente le has robado el chocolate. Lo has conquistado, si quieres. No se ha producido ningún intercambio. La mejor manera en que he oído explicar esto es llamándolo el "paradigma de la conquista". Antes de que el capitalismo dominara el mundo, las tribus y los países ganaban riqueza conquistando otras civilizaciones y tomando sus posesiones. Esto es lo que han hecho, aunque sin todo el derramamiento de sangre.
En una economía de mercado, tendrías que hacer un trato con tu hermano para conseguir su chocolate. A cambio de su chocolate, él quiere un poco de tu brócoli porque está a dieta y quiere perder peso. Le cambias dos cabezas de brócoli por su barra de chocolate. ¿Quién gana en esta situación?
Nadie haría ninguna operación si saliera perdiendo con el trato. Te beneficias de entregar tu brócoli por su chocolate porque querías un bocadillo sabroso. Tu hermano se beneficia de renunciar a su chocolate por tu brócoli porque la salud es importante para él. Aunque lo único que habéis hecho es intercambiar objetos, ambos os habéis beneficiado.
En una economía de mercado, todo comercio crea riqueza porque ambas partes se benefician. Cuando el agricultor te vende su trigo, se beneficia porque prefiere tener tu dinero que el trigo que te ha vendido; al fin y al cabo, tiene mucho más. Tú te beneficias porque comer y seguir vivo es más importante que el dinero que le has dado. Como ambos se benefician, se dice que los dos son más ricos; tú vives más tiempo y él tiene más dinero.
Mucha gente calificará el capitalismo y los mercados de competitivos, pero yo prefiero pensar en ello como una cooperación a gran escala. Aunque es cierto que Apple y Microsoft pueden estar compitiendo por el negocio del consumidor, es importante recordar que ambas empresas están cooperando con los consumidores, sus empleados y sus proveedores con cada operación que realizan.
El capitalismo no tiene por qué ser un juego de suma cero.