En todos los casos, el banco quiere la misma garantía: Quieren saber que van a recuperar su dinero, con intereses. En el caso de los préstamos residenciales y personales, la mayoría de los riesgos son bastante obvios y relativamente fáciles de razonar tanto para los bancos como para los consumidores. He aquí algunos ejemplos de riesgos:
- Puedes perder tu trabajo, por cualquier motivo, o tus ingresos actuales pueden ser demasiado bajos para cumplir el calendario de reembolso previsto por el banco (con intereses).
- Una catástrofe podría destruir o arruinar la garantía.
- Es posible que contraiga (o que ya tenga) alguna otra deuda y se vea incapaz de pagar ambas.
A los bancos les resulta relativamente fácil tener en cuenta todos los riesgos mencionados, y otros riesgos asociados a los préstamos privados, y elaborar un tipo de interés que equilibre adecuadamente esos riesgos con el resto de la posición del banco. Por eso se limitan a dar un número mágico (la puntuación de crédito) que resume la mayor parte de esta información. No es perfecto, pero en un gran número de deudores, la media es lo suficientemente buena para su uso práctico.
En los préstamos comerciales, esto es mucho más complicado, porque hay muchos más riesgos asociados a las empresas comerciales:
- Puede que tengas un plan de negocio pobre que parezca bueno sobre el papel.
- Puede que tenga un buen plan de negocio que no sea capaz de ejecutar de forma competente.
- Puede que infrinja (involuntariamente) alguna ley o reglamento y el gobierno decida cerrarlo.
- Al igual que en el caso de los consumidores, podría incurrir en deudas adicionales; sin embargo, es mucho más común que las empresas incurran en cantidades significativas de deuda en comparación con los individuos, por lo que esto es mucho más complejo de evaluar en la práctica.
- Puede que lo hagas todo bien (por lo que se ve), pero al mercado no le gusta tu negocio y fracasa igualmente.
Para aproximar estos riesgos, los bancos se fijarán en tu experiencia al frente del negocio, o de negocios similares en el pasado, así como en la cantidad de dinero de la empresa y la cantidad de deuda que tiene actualmente.