No hay una regla rígida.
En general, a la gente no le gusta pagar por adelantado porque es una vulnerabilidad para ellos. Yo contrato más de lo que consulto, y casi exclusivamente nunca pago por adelantado. Pero estoy dispuesto a pagar en pequeños incrementos. Tampoco suelo exigir el pago por adelantado.
Aquí están mis pensamientos:
1) ¿Qué grado de confianza tiene el cliente? Si es muy digno de confianza, la necesidad de pagar por adelantado es menor.
2) ¿En qué medida está garantizado que el cliente tiene unas expectativas y un presupuesto realistas? Si es alto, la necesidad de prepago es menor.
3) ¿Cuántos costes iniciales habrá? por ejemplo, para el personal, los gastos, etc.? Si son elevados, consiga un prepago (anticipo). No hay que adelantar muchos costes para un cliente.
4) ¿Qué grado de indefinición institucional existe? Por ejemplo, la pregunta nº 1 se refiere a la confianza, pero a veces incluso los clientes de confianza no parecen tener la cabeza totalmente puesta en el juego. Si percibes que están indecisos, un anticipo puede cristalizar su pensamiento: El proyecto ha comenzado.
5) No pierdas el tiempo con contratos. Y no firmes acuerdos de confidencialidad a menos que definan muy claramente la naturaleza de la divulgación. Pero crea un ámbito de trabajo muy claro antes de empezar.