Poseo un puñado (literalmente 10) de acciones que han caído casi un 13%. Esto no supone una gran pérdida de inversión, pero sí una pérdida. La empresa no parece recuperar ningún valor. Más bien, parece fluctuar entre un poco menos de lo que pagué y el 13% o que se encuentra ahora. Es una acción farmacéutica, así que tengo la esperanza de que se mantenga estable.
Tampoco sé cuál sería el impacto en los impuestos.
¿Tiene sentido venderlo y asumir el golpe o debo esperar a ver si al menos se acerca a lo que compré?