Su comprensión es efectivamente errónea. El rendimiento de los bonos es el efectivo tipo de interés en relación con el precio actual del mercado del bono, y es todo menos fijo. Nunca hubo nadie que pagara o recibiera realmente el 42% de interés en todo el asunto.
Lo que ocurrió es que los bonos con un tipo de interés nominal de quizás el 10% (para simplificar, y probablemente no demasiado irreal en ese momento) se vendían a menos del 25% de su valor nominal.
Básicamente, había bonos que decían "El gobierno griego le pagará 100 euros en 10 años, y hasta entonces 10 euros cada año", por los que alguien había pagado originalmente 100 euros, pero ahora la gente sólo estaba dispuesta a pagar unos 24 euros por ellos (que habría hecho los 10 euros al año un 42% de retorno de la inversión). ¿Por qué sólo estaban dispuestos a pagar esa cantidad? Porque en aquel momento todo el mundo pensaba que había muchas posibilidades de que Grecia entrara en impago y no recibiera ni los 10 euros de intereses ni los 100 euros de capital en 10 años, y que en cambio acabara perdiendo los 24 euros que acababa de pagar.
Lo que en realidad ocurrió fue una reestructuración de la deuda con el efecto de que Grecia ahora está devolviendo considerablemente menos, tanto anualmente como al final del período de vencimiento, lo que significa que las personas que pagaron 24 euros por esos bonos están obteniendo un retorno de la inversión mucho menos espectacular (no estoy seguro de cuánto exactamente, pero probablemente sigue siendo bastante bueno, después de todo soportaron un riesgo considerable de pérdida total).
¿La conclusión? Un alto rendimiento de los bonos es en realidad un gran señal de advertencia cuando se busca una inversión, porque significa que el mercado piensa que es una inversión de alto riesgo.