Llevo unos meses trabajando como autónomo, prestando servicios de I+D para pequeñas empresas. Mi modo de colaboración preferido es la facturación por proyecto, que suele durar unas pocas semanas. Me da la flexibilidad de resolver los problemas como quiera y en el orden que prefiera. La desventaja es que sistemáticamente subestimo el tiempo necesario para realizar un proyecto y, en consecuencia, me encuentro mal pagado.
Lo he intentado durante aproximadamente un mes cobrando por semana, pero parece que provoca una dinámica en la que estoy más preocupado por mostrar a mi cliente que trabajo que por centrarme en obtener buenos resultados. En concreto, evito los riesgos de probar nuevas formas que potencialmente pueden llevar mucho tiempo sin un resultado positivo seguro, y me siento presionado por mi cliente para informar sobre los pasos intermedios más que sobre el resultado final.
Busco sugerencias para mejorar la colaboración, así como los pros y los contras de los distintos modos de colaboración que quizá no haya considerado.